30 abril 2016

a r t

Me reflejo en las obras de Dalí y en las flechas que se clavaba Frida.

Me traduzco en la distorsión de la cultura,

en la razón de lo no obvio,

en la verdad del surrealismo de un artista.


Me veo desaprendiendo lo establecido,

remodelando la mente de viejos diablos,

amueblando el vacío que siempre llevo dentro.


No me reconozco en los te quiero ni en los para siempre

y sin embargo no hay mejor versión de mí

que cuando piso tu boca con mi boca.


No sé quién soy ni adónde voy,

solo sé de donde vengo y a donde no debo volver.

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